
Nos bañamos, el agua es de color azul turquesa, muy, muy transparente, además de muy salada, de forma que flotas como un corcho...lis!!
A ratos el tiempo amenazaba con llover y de hecho cayeron un par de gotas, que no se ni si llegaron a un par.
Dimos cuenta del ipin, echamos una pequeña siesta, vimos resucitar a los camellos, hasta entonces habían estado casi sin respirar, y salimos de la playa.
Al salir vimos que salía bastante gente lo que nos hizo pensar que iban al autobús de línea. Preguntamos y efectivamente, pasaba a las cuatro, faltaban cinco minutos. Lo vimos llegar, aceleramos el paso y como había fila llegamos a tiempo. El precio era de un euro y medio por persona, creo.